UC - Críticas
| País: USA. |
Interpretación: Sacha Baron Cohen (almirante general Aladeen), Anna Faris (Zoey), Ben Kingsley (Tamir), Jason Mantzoukas (Nadal), Megan Fox, John C. Reilly, Aasif Mandvi (Doctor), Chris Elliott (Sr. Ogden). |
MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES
"El Dictador" es la nueva polémica película del cómico y mediático Sacha Baron Cohen que sabe muy bien como escandalizar y promocionar sus productos más allá de la dudosa calidad de algunos de ellos. En esta ocasión, el tema le brindaba la oportunidad de realizar una feroz crítica político-social que, por desgracia, acaba reducida a unos pocos momentos lúcidos envueltos en una sucesión de chistes de brocha gorda, humor sexual y escatológico, vamos, poca cosa para lo esperado.
SINOPSIS: “El dictador” nos cuenta la historia de un dictador que hace todo lo posible para que la democracia no llegue a su país. Después de que un intento frustado de asesinarle irá a Nueva York a solucionar una cuestión de las Naciones Unidas. Y así, el general Aladeen, Tamir y su séquito llegan a Nueva York, donde no son muy bien recibidos, pues la ciudad está repleta de exiliados de Wadiya cuyo mayor deseo es ver a su país libre del despótico régimen de Aladeen. Pero en la tierra de la libertad, a Aladeen le esperan muchas más cosas que unos cuantos expatriados furiosos y algunas sanciones indeseadas (¡e injustificadas!).
El inicio de la película se presenta prometedor y lleno de mala leche (se inicia con una dedicatoria a la memoria del dictador coreano Kim Jong-il), con algunos chistes brillantes como el de las Olimpiadas o la referencia a algunas estrellas de Hollywood con la breve aparición de la propia Megan Fox haciendo de sí misma. Pero pronto, muy pronto, el globo mediático de la película se va desinflando en la zafiedad de sus chistes y lo que es peor resultan tremendamente reiterativos (el mismo chiste se utiliza tres o cuatro veces durante la proyección, ver los gags de la soldado tetona, del descubrimiento de la masturbación, del dirigente chino y sus conquistas masculinas, etc, dejando clara una falta de imaginación alarmante). En todo momento, se busca el público fácil, el chiste de la carcajada instantánea y se va dejando de lado el humor más ácido y satírico que presumía poder extraer de la trama (más allá del consabido discurso final sobre la doble moral americana).
"El Dictador" es una película fallida por su falta de valentía, mucho chiste guarro no implica ser valiente sino infantil, lo valiente hubiera sido ir más allá en su crítica social y política desde la sutileza y la sátira, siendo igualmente divertido y gamberro. Leer comparaciones entre lo que hizo Chaplin en "El Gran Dictador" y este film es cuanto menos ofensivo, ya que Sacha parece condenado al olvido con el paso del tiempo y de las modas, una lástima que haya perdido esta gran oportunidad de hacer algo transcendente.
UC (Daniel Farriol).